EL VENTILADOR
-“¿Qué hacer -se
preguntaba el Gran Hermano- cuando la corrupción desborda las cloacas del poder
y emerge a la superficie?, ¿cómo conseguir que el pueblo enfurecido por la
pobreza en la que le he sumido no dirija sus iras hacia mi persona?”.
Llamó al responsable del Miniver (el Ministerio de la
Verdad) para encargarle la búsqueda de una respuesta a sus preguntas. No
tardó mucho tiempo en traer lo que el Gran Hermano le demandaba.
-“Es sencillo -dijo-, basta con aplicar el ventilador. Si
tenemos un montón de polvo de carbón y otro de harina sobre un suelo gris, se
percibirán con claridad y se podrán diferenciar; si colocamos el ventilador en
marcha apuntando hacia dichos montones, ambos polvos se esparcirán por el suelo,
haciendo muy difícil, por no decir imposible, distinguirlos. Con la corrupción
ocurrirá lo mismo, amado Gran Hermano, esparzámosla por doquier y no habrá
forma de distinguirla de la honradez.”
Y así se hizo.