jueves, 1 de marzo de 2012

ODA A LA ALEGRÍA




ODA A LA ALEGRÍA

ALEGRÍA
hoja verde
caída en la ventana,
minúscula
claridad
recién nacida,
elefante sonoro,
deslumbrante
moneda,
a veces
ráfaga quebradiza,
pero
más bien
pan permanente,
esperanza cumplida,
deber desarrollado.
Te desdeñé, alegría.
Fui mal aconsejado.
La luna
me llevó por sus caminos.
Los antiguos poetas
me prestaron anteojos
y junto a cada cosa
un nimbo oscuro
puse,
sobre la flor una corona negra,
sobre la boca amada
un triste beso.
Aún es temprano.
Déjame arrepentirme.
Pensé que solamente
si quemaba
mi corazón
la zarza del tormento,
si mojaba la lluvia
mi vestido
en la comarca cárdena del luto,
si cerraba
los ojos a la rosa
y tocaba la herida,
si compartía todos los dolores,
yo ayudaba a los hombres.
No fui justo.
Equivoqué mis pasos
y hoy te llamo, alegría.
Como la tierra
eres
necesaria.
Como el fuego
sustentas
los hogares.
Como el pan
eres pura.
Como el agua de un río
eres sonora.
Como una abeja
repartes miel volando.
Alegría,
fui un joven taciturno,
hallé tu cabellera
escandalosa.
No era verdad, lo supe
cuando en mi pecho
desató su cascada.
Hoy, alegría,
encontrada en la calle,
lejos de todo libro,
acompáñame:
contigo
quiero ir de casa en casa,
quiero ir de pueblo en pueblo,
de bandera en bandera.
No eres para mí solo.
A las islas iremos,
a los mares.
A las minas iremos,
a los bosques.
No sólo leñadores solitarios,
pobres lavanderas
o erizados, augustos
picapedreros,
me van a recibir con tus racimos,
sino los congregados,
los reunidos,
los sindicatos de mar o madera,
los valientes muchachos
en su lucha.
Contigo por el mundo!
Con mi canto!
Con el vuelo entreabierto
de la estrella,
y con el regocijo
de la espuma!
Voy a cumplir con todos
porque debo
a todos mi alegría.
No se sorprenda nadie porque quiero
entregar a los hombres
los dones de la tierra,
porque aprendí luchando
que es mi deber terrestre
propagar la alegría.
Y cumplo mi destino con mi canto.

Pablo Neruda

miércoles, 8 de febrero de 2012

PALABRAS ENVENENADAS



PALABRAS ENVENENADAS

Lo más importante para cambiar un realidad social que, como la actual, a muchas personas no nos satisface, es tener conciencia de esa realidad, es decir, conocer las causas que la han generado. Sólo así podrán surgir el deseo y la voluntad de cambiarla.
Pero, para tener conciencia de esa realidad, para conocer sus causas, es preciso pensar con ideas que no provengan de quienes son causa de la misma; es preciso 'ver' esa realidad con otros 'ojos' que no sean los de quienes la defienden porque sacan ventaja de ella. Ninguna mirada, ninguna interpretación es inocua, imparcial, objetiva. En este sentido, quienes poseen la riqueza ven el mundo desde sus propios intereses; por eso, intentan que todas las personas la veamos igual. Si quienes no poseen esas riquezas, es decir, la mayoría, percibieran otra cosa distinta, si tuvieran, en fin, conciencia del porqué o los porqués, se abriría la posibilidad a la aparición del deseo y la voluntad de cambio. Todo esto lo saben muy bien quienes dominan el mundo, y por eso ponen tanto el empeño en adoctrinarnos de acuerdo con la idea que ellos tienen del mismo. Para ello, además, cuentan con unos medios poderosos como nunca antes han existido: los medios de información-manipulación.
No basta con observar algo para saber qué es. Se precisa, también, conocer cómo es, cómo ha llegado a ser, cuáles son los elementos que lo componen, qué finalidad o posible uso tiene, etc. Y, todo ello se expresa con palabras o imágenes, que no son más que la manifestación física de los conceptos e ideas de nuestra mente. Pensamos, pues, con conceptos y/o ideas, la mayoría de los cuales las aprendemos de la sociedad en que vivimos. Si para atener conciencia es preciso pensar, para tener conciencia de la realidad es preciso pensar la realidad. Pero, si los conceptos-ideas que utilizamos para ello son los mismos que utilizan quienes tienen una situación ventajosa en dicha realidad, no existirá ninguna posibilidad de que cambie en un sentido favorable a quienes viven la situación contraria. Por tanto, es imprescindible cambiar el discurso, los conceptos que lo componen y las palabras que lo expresan. Donde ellos dicen 'justicia', pongamos abuso, donde ellos dicen 'ganancia', pongamos robo, donde dicen 'crisis', digamos estafa, y así sucesivamente...

lunes, 9 de enero de 2012

Falsa libertad. Libertad falsa.



Las leyes están hechas para mantener el sistema desde el que son elaboradas. El que, en ocasiones, aparezcan algunas aparentemente contrarias a dicho sistema, no deja de ser el narcótico para hacernos creer que vivimos en un mundo “libre”. Tal narcótico desaparece si lo que se pone en cuestión es la propiedad generadora de riqueza -aunque esa propiedad sólo sea intelectual-. Entonces, aparece con absoluta claridad la verdadera faz del capitalismo, entran en funcionamiento “sus” leyes y el aparato represivo se pone en marcha. “Hasta ahí hemos llegado”, dice, y la libertad desaparece como por encanto.

martes, 11 de octubre de 2011

Por una política ética (y viceversa)

POR UNA POLÍTICA ÉTICA (y viceversa)

Si hoy alguien piensa que su problema es “EL PROBLEMA”, si cree que la crisis comienza cuando le afecta a su propia vida o a su entorno más cercano, si considera que la solidaridad es un asunto que atañe a las demás personas y que si no la siente cuando la necesita tampoco la va a mostrar si son aquéllas las necesitadas, si opina, por tanto, que también en este ámbito –el de la solidaridad- se tiene que dar un intercambio como en el mercado –¡maldito mercado!-, quien así piensa, cree, considera u opina, se coloca, quiéralo o no, en el bando de quienes poseen las riquezas y son la causa principal de la situación que vivimos.

No hay excusas: hoy, más que nunca, es necesario vincular ética y política, es decir, el modo de ser con el ideal social que se dice defender. Y, mal que nos pese, quienes poseen las riquezas muestran, a este respecto, bastante más consecuencia que quienes sufren la lacra de este injusto sistema. En efecto, ellos –y ellas- actúan del mismo modo en el plano personal que en el social, se rigen por los mismos principios, carecen de contradicciones y, por eso, viven plácidamente, sin ningún tipo de mala conciencia. Valoran que vivir es una lucha por la existencia, llevando al plano personal y social el darwinismo como ideología. Para esas personas, se trata de quién domina a quién, argumentan que a toda la humanidad le mueven los mismos deseos e intereses y, partiendo de esa premisa, concluyen que quien es más capaz en esa batalla de todos contra todos se acaba imponiendo, dando como resultado la situación social que vivimos. Es su ética y también su política porque de ese planteamiento vital se desprende el hecho de utilizar todos los resortes a su alcance para lograr su objetivo, entre los que están la bolsa, los bancos, las instituciones internacionales, los estados, los medios de información-manipulación, las iglesias, etc.

Ante esto, ¿qué planteamiento vital existe como alternativa? Yo diría que ninguno. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que a las propuestas políticas opuestas al sistema imperante no les acompañan actitudes éticas acordes con ellas. Esto se puede constatar al comprobar cómo, por ejemplo, muchas personas defienden lo público porque trabajan en él, pero llevan a sus hijos e hijas a estudiar a la privada. Algo parecido sucede también con personas que se dedican a la política desde partidos teóricamente de izquierdas. En efecto, muchas de ellas que dicen defender lo público, el estado de bienestar, etc., matriculan a su prole en los centros privados o acuden a la sanidad privada. Y, en lo que respecta a los puestos de trabajo públicos, ¿cuántas personas compatibilizan un puesto de trabajo en la sanidad pública, con otro en la privada y/o con el mantenimiento de consultas privadas? ¿cuántas personas docentes ocupan plazas en institutos públicos a la vez que imparten clases en la universidad o en academias? Y en el ámbito de las cotizaciones, ¿cuántos trabajadores autónomos dejan servicios sin cotizar, por ejemplo, en peluquerías, consultas médicas, pintura, etc., porque cobran sin factura? ¿cuántos clientes de esos servicios aceptan el pago sin factura porque así se les descuenta el IVA? Se tiene la conciencia, en ocasiones, de que haciendo eso se fastidia al gobierno de turno y a los políticos en general, olvidando que los servicios públicos no son de ellos sino de todos y que el mantenimiento de esos servicios requiere el pago de los impuestos por parte de toda la ciudadanía.. Cosa bien distinta es si los impuestos están distribuidos con justicia o no, pero aun en el caso de que no lo estuvieran, la solución no pasa por dejar de pagarlos sino por exigir que se distribuyan de otra manera más justa.

Parece que lo que mueve a muchas personas a ser críticas con la situación no es tanto el deseo de justicia como la envidia de no ser ellas las poseedoras de una determinada posición de privilegio. Si esto es así, el sistema, con crisis o sin ellas, tiene asegurado el futuro, porque solamente el deseo de un mundo mejor para todas las personas puede modificar la realidad en busca de un sentido más humano de la misma.

lunes, 10 de octubre de 2011

Políticos tuneadores


POLÍTICOS TUNEADORES
En nuestra juventud, como la mayoría andábamos mal de dinero, si a alguien le gustaban los coches y fardar con ellos, se hacía un apaño que consistía en retocar con pintura y adornos un seiscientos, un gordini o cualquier coche de la época. Claro, la mayoría sabíamos que lo que había dentro, lo que de verdad movía aquello, era un pequeño motor de muy pocos caballos, pero al que iba montado en él todo eso le daba igual. O sea, eso del tuning no es nada nuevo y, en muchas ocasiones, el motivo es el mismo: aparentar lo que no se es o no se tiene.
Bueno, pues parece que esa moda va a tener nuevas aplicaciones con la crisis porque a los distintos gobiernos de derechas (¿hay alguno de izquierdas?), autonómicos, nacionalistas, regionalistas –esto de querer distinguirse del resto hace las listas interminables- se les está ocurriendo tunear los servicios públicos, como la sanidad y la educación, para que parezcan lo que no son. ¡Qué artistas del maqueo! ¡Qué excelencia muestran en su verbo para no decir la verdad con intención de engañar sin sonrojarse (hasta ahí llega su fobia a lo rojo)! Desde su privilegiada situación, esos adalides de la libertad de mercado, negadores de la mínima justicia que supondría favorecer socialmente a quienes el nacimiento ha colocado en desventaja, esos amigos de predicar y no dar trigo, ellos son los que quieren dejar sin gasolina y sin un duro para la puesta a punto de la sanidad y educación públicas.
Los “políticos tuneadores” nos quieren vender que nada cambia aunque el dinero invertido sea mucho menor, que todo sigue igual a pesar de que el número de trabajadores de la sanidad y de la educación disminuya. Para ello, y en lo que a educación se refiere, potencian la existencia de los programas de la mal llamada “calidad” (ejemplo máximo de tuneo ya que llevan tiempo gastando más en la estética y en la música que en la mecánica) así como de la cacareada autonomía de centros. Es curioso, ahora dan más autonomía (pronto será la independencia) a los centros de enseñanza públicos -los de la privada, concertada o no, la tienen “de nacimiento”- ¡¡¡para que gestionen sus recursos de miseria!!! Es decir, la administración reduce al mínimo el dinero asignado, no contrata para sustituciones y se desentiende de lo que pueda ocurrir. Es la nueva forma de gobernar que enseña el liberalismo. Lo que debemos plantearnos es para qué sirven esos políticos, gestores les gusta llamarse, que dicen representarnos si no asumen ninguna responsabilidad. Que fácil es delegar competencias cuando no se sabe o no se es capaz de resolver los problemas. Lo que sí parece que quieren es potenciar la privada hundiendo la pública. Retocando un poco el Cantar del mío Cid: Dios, que buenos trabajadores, si hubiese buen Señor.
Si la salida de la crisis es cargarse lo público para aumentar los beneficios de los entes privados estamos viajando en nuestro coche, tuneado por un traficante, que nos lleva a la nada y por lo que tendremos que pagar cuando nos bajemos porque ya no será nuestro. Eso sí, seguro que ponen alguna peli americana en la que una panda de héroes salva a la humanidad en el nombre de Dios. ¡Por favor, no aplaudan!

domingo, 17 de julio de 2011

Rebekah y Rupert



Rebekah y Rupert eran uña y carne: ella era la uña y él la carne. Se pillaron el dedo que formaban con el martillo que ambos diseñaron para moldear la realidad según los gustos del mercado de la comunicación. Y, al igual que ocurre con la uña y el dedo reales, la zona se entumeció, tomó un color morado casi negro y, a los pocos días, se desprendió. El dedo sigue en su sitio a la espera de que crezca una nueva uña, porque la uña sí necesita del dedo para existir, pero no a la inversa. Tampoco la uña puede hacer nada sin que el dedo la dirija, aunque a la vista de cómo se informa de los acontecimientos vividos por ambos, se nos haga creer lo contrario.

jueves, 16 de junio de 2011

Zanahoria y palos



Poca zanahoria y mucho palo

Como en el dicho referido a cierto tipo de educación, que recomienda alternar el palo con la zanahoria para motivar al alumnado, la práctica totalidad de la representación política y de los medios de información (?) han utilizado esa misma estrategia para motivar a las personas indignadas -15M- a elegir el camino del 'bien', que no es otro que el que 'sus señorías' y esos medios creen representar. Así, unos y otros se arrogan el papel de jueces-padres que dicen a su descendencia qué está bien y qué está mal, como si la mayoría de las personas que participa en ese movimiento necesitara de su guía espiritual. Todos hablan más allá del bien y del mal, ofreciendo zanahoria cuando lo que se hace o dice responde a sus expectativas y repartiendo palos a diestro y siniestro en caso contrario. Eso sí, cuando los 'palos' -por cierto, nada comparables con los que atizan las distintas policías- de unas pocas personas desalmadas van dirigidos contra sus señorías alzan la voz en grito, claman venganza -eso sí, 'legal'- y mandan al infierno de la política a todo un movimiento.
Si tuvieran la misma sensibilidad ante las personas que sus decisiones políticas colocan en situaciones verdaderamente desesperadas como la que tienen ante los insultos y agresiones recibidas -que yo rechazo-, su ira tendría sin duda más credibilidad y mi solidaridad para con quienes dicen representarnos sería absoluta.
No es el caso.